LA CIUDAD DE CÁCERES: EXPERIENCIAS PROFESIONALES VIVIDAS (1975-2025)
3.11. Universidad: del Casco Antiguo patrimonial al campus periférico montaraz (1995)
Creada por Decreto 991/1973, de 10 de mayo (BOE, de 18 de mayo), la bicéfala Universidad de Extremadura inició su titubeante andadura bajo la miopía política del biprovincialismo y del astigmatismo universitario, escindida en dos semi-distritos distantes 90 km y con la Sierra de San Pedro de pantalla separadora.
Un dislate con repercusiones negativas a perpetuidad y agravios comparativos, porque mientras el pacense dispuso de campus periférico planeado en la Avenida de Elvas, el cacereño nació con carencias infraestructurales de base: ausencia de suelo público para campus (facultades, bibliotecas, edificios multiusos) y de alojamientos universitarios y servicios reglados (colegios mayores, residencias, comedores universitarios…)[56].
La carencia de campus propició la adquisición, rehabilitación y refuncionalización de edificios patrimoniales del Casco Antiguo y Centro Histórico para insertar actividades universitarias, al tiempo que en la periferia norte se ocupó un edificio privado, cedido por la Fundación Valhondo, resultando así un modelo de implantación universitaria con tipología difusa[57].
La presencia universitaria en el deteriorado Centro Histórico de Cáceres, generó evidentes procesos de dinamización cultural, social, económica y rehabilitadora sobre edificios singulares catalogados[58]: Casa de los Rivera (XV-XVI); Casa de los Ovando-Mogollón o de la Generala (XV-XVI); Casa Grande o del Millón (1910); Casa de Correos (XX); Casa de los Pereros (XV-XVI); Convento del antiguo Colegio de la Compañía de Jesús (XVIII); Casa-Palacio de los Duques de Abrantes (XVI) y Edificio de la Fundación Valhondo (XX). El interés investigador por el tema lo heredaría mi discípula Laura Gil Álvarez[59], doblemente graduada en Geografía e Historia del Arte por la UEX.
Mediante la adquisición y rehabilitación públicas de patrimonio inmueble, las funciones universitarias se incorporaron al terciario institucional del Centro Histórico[60], revitalizando su deterioro formal, social, funcional y ambiental, en el marco de un proyecto de futuro lleno de inquietudes colectivas. Estaban en juego no sólo la salvaguarda patrimonial y el despegue urbano de una atrofiada capital de funcionarios, sino la rehabilitación cultural de toda Extremadura, de la que Cáceres pronto emergería como Capital Cultural (1992).
Para esta ciudad provinciana que en 1975 no superaba los 59.000 habitantes, la presencia de 10.000 estudiantes universitarios en el deteriorado corazón de la ciudad supuso un revulsivo para la cultura adocenada, el comercio decimonónico y los servicios administrativos hipertrofiados. De haber existido visión de futuro y medios económicos, la coyuntura regresiva de la década 1975-1985 hubiera sido idónea para la adquisición de varios edificios singulares más por la administración universitaria en el Casco Antiguo de Cáceres, antes de su declaración como Patrimonio Mundial en 1986, asociando así cultura universitaria y patrimonio mundial, dos potenciales compatibles, trasversales y perfectamente sinérgicos que hubieran proyectado a Cáceres al primer lugar de los distritos universitarios europeos con un campus interno de lujo.
El segundo gran déficit, el de alojamientos para universitarios, sigue sin resolverse 52 años después, con desequilibrada relación de oferta y demanda que investigó para la obtención del Grado de Licenciado en Geografía el actual doctor Víctor Jiménez Barrado[61], Profesor Contratado Doctor del Departamento de Geografía de la Universidad de las Palmas de Gran canaria.
Durante el proceso de elaboración del PEPRPACC, el equipo redactor se tuvo que enfrentar a la controversia generada en el semi-distrito universitario entre dos posturas contrapuestas: la de los "utópicos románticos" -como el que suscribe y el historiador del Arte, Francisco-Javier Pizarro Gómez-, defensores de la identificación Universidad=Centro Histórico, y la mayoría profesoral silenciosa y pragmática, partidaria del campus con despacho propio (modelo conejera de 9 m2) y aire acondicionado (cuando funciona).
Las presiones reaccionarias de los poderes fácticos urbanos, -deseosos de que los universitarios abandonásemos la excelsa “Parte Antigua” por ser ‘incompatibles’ con el Patrimonio Mundial- decantaron el posicionamiento explícito del PEPRPACC a favor de la opción periférica, con marcadas contradicciones. Si bien el documento reconoció las potencialidades de los edificios singulares para cobijar algunos equipamientos compatibles (laboratorios, hemerotecas, seminarios, archivos...) sin violencia de sus fábricas, por otro manifestó textualmente que: "... la acogida de usos docentes en edificios singulares de la ciudad histórica plantea problemas de coordinación de las necesidades funcionales del uso con el respeto a las fábricas y los contenidos de valor y carácter de tales edificios, problemas para los que no siempre se han encontrado soluciones satisfactorias...".
Al final, el PEPRPACC
acabó curándose en salud y, lavándose las manos con exquisito respeto salomónico
por la "autonomía" universitaria, concluyó: "... consultados los
órganos rectores de
En 1995, la incapacidad física de los edificios histórico-patrimoniales para albergar la creciente demanda estudiantil, unida a la incapacidad mental de los responsables políticos, a la connivencia de las autoridades universitarias y a las determinaciones erróneas del planeamiento especial, acabaron decidiendo la ubicación en el “campus periférico”[62].
La planificación universitaria, lejos de adoptar el desdoblamiento funcional de los “campi” en central y periférico, como en el caso emblemático Salamanca y Toledo[63], optó sin paliativos por el “campus” a la americana sobre un barbecho socio-productivo montaraz (la finca del Cuartillo, propiedad de la Diputación Provincial), decisión tomada por jerarcas universitarios, presuntamente "formados" en Universidades clásicas ubicadas en Centros Históricos. Lo más grandioso es que los órganos rectores-administrativos se quedaron en el Casco Antiguo y la tropa fue exiliada en 1995 a 7 km.
Así perdió la ciudad de Cáceres la oportunidad histórica
de propiciar desde el planeamiento especial la recuperación morfo-estructural
de su Centro Histórico, ya reconocido como Patrimonio de
[56]
Campesino, Antonio-José. (1995): “Territorio, Ciudad y Universidad”. La Ciudad del Saber. Ciudad, Universidad y
Utopía (1293-1993). V Conferencia Internacional sobre
Conservación de Centros Históricos y Patrimonio Edificado Iberoamericano.
Universidad de Alcalá de Henares, Consejo Académico Iberoamericano (CAI),
Alcalá de Henares, pp. 135-137.
[57]
Campos, Pablo. (2000): La Universidad
de España. Historia, Urbanismo y Arquitectura. Ministerio de Fomento y
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Madrid. 1.037 p.
[58]
Campesino, Antonio-José. (1997): “Funciones
universitarias en edificaciones rehabilitadas”. V Jornadas de Rehabilitación de edificios antiguos. Junta de
Extremadura y Ayuntamiento de Almendralejo, Almendralejo, pp. 109-144.
[59]
Gil, Laura. (2013): Cáceres: Rehabilitación de edificios patrimoniales para
usos universitarios. Trabajo Fin de Grado en Geografía y Ordenación del Territorio.
Departamento de Arte y Ciencias del Territorio, Universidad de Extremadura,
Cáceres. 100 p. (Inédito) (Dir. A.-J. Campesino).
[60] Campesino, Antonio-José. (1999): “El papel de la Universidad en la configuración del
espacio urbano. Ciudad Histórica y Universidad”, en Bernal Santa-Olalla, B.
(edit.). Vivir las Ciudades Históricas.
Ciudad histórica y calidad urbana. Universidad de Burgos, Burgos, pp.
67-77.
[61]
Jiménez, Víctor (2015): “Mercado del alquiler en la ciudad de Cáceres. Estudio
de la oferta inmobiliaria y de la demanda universitaria”. ERÍA, Revista de Geografía, nº 96. Departamento de Geografía, Universidad
de Oviedo, Oviedo, pp. 33-54.
[62] Campesino, Antonio-José. (2007): “Ciudad
y Universidad: Cáceres, del Campus Universitario al ghetto montaraz’”. ATENEO, Revista científica, literaria y artística
del Ateneo de Cáceres. Dossier Urbanismo. Nº 6, junio. Diputación
Provincial de Cáceres, Cáceres, pp. 40-55.
[63] Campesino,
Antonio-José y Salcedo, José-Carlos. (2014): ”Campus universitarios en ciudades patrimoniales:
contrastes entre Cáceres y Toledo” Cuadernos
del Instituto Antonio de Nebrija (CIAN-Revista de Historia de las
Universidades), vol. 17/1. Universidad Carlos III, Madrid, pp. 101-137.
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