CAMPESINO, Antonio-José y CAMPOS, María Lourdes. (2020): "A Miguel Ángel Troitiño. In memoriam". Grupo de Geografía Urbana (GGU). https://www.ggu2015.com Asociación de Geógrafos Españoles, Madrid. 3 p.
A Miguel Ángel Troitiño Vinuesa. In memoriam
Nos dejó en plenitud de sabiduría y madurez
geográfica, Miguel Ángel Troitiño Vinuesa, competente profesor, excelente
compañero y mejor amigo.
Cuesta mucho hablar de él en pasado, estando aún tan
presente, después de haber compartido juntos numerosas horas académicas y
personales a lo largo de cuatro décadas. Razón por la cual queremos dedicar
estas líneas a la memoria viva de Miguel Ángel, ensamblando su trayectoria
académica y profesional con las nuestras, dados los paralelismos existentes.
Los tres fuimos universitarios de la generación del
‘68’ -que impregnaría nuestro compromiso con la acción y el carácter
reivindicador futuro-, en las universidades Complutense de Madrid y Salamanca, donde
optamos por ser geógrafos en la Escuela del maestro don Manuel de Terán
Álvarez. Lourdes y Miguel Ángel tuvieron la impagable oportunidad de ser
alumnos suyos, aunque en cursos distintos, y Antonio recibió indirectamente su
influencia pedagógica, a través del magisterio del profesor Ángel Cabo Alonso,
uno de sus discípulos predilectos.
En la mejor herencia teraniana, a todos nos sedujo
la geografía urbana de los centros históricos, simbiosis perfecta de historia
urbana, urbanismo, arquitecturas y patrimonio,
que se materializó en las tesis doctorales de Miguel Ángel sobre Cuenca (1979)
y de Antonio sobre Cáceres (1980), mientras que Lourdes optó, en principio, por
la Sismicidad y los Tsunamis del litoral sudoccidental español, también
defendida en la Complutense (1989), para centrar luego su quehacer investigador
sobre la ciudad de Toledo.
A comienzos de los años ochenta habíamos definido
nuestros destinos académicos. Miguel Ángel, en la Facultad de Geografía e
Historia de la Universidad Complutense, Lourdes, en el Centro Universitario de
Toledo, adscrito a la Complutense, y Antonio en la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad de Extremadura en Cáceres. Aprovechamos bien esta fecunda
década para conseguir nuestra consolidación académica, primero como profesores
adjuntos de AGR (Antonio, 1983), de Geografía Humana (Miguel Ángel, 1984), y
rematarla después como catedráticos de las áreas respectivas (Antonio, 1987), (Miguel
Ángel, 1991), y Lourdes como Profesora Titular de AGR (1992) del entonces
Centro Superior de Humanidades, del que fue directora de 1995 a 1999, y decana
de la nueva Facultad de Humanidades de Toledo de 1999 a 2004.
La constitución definitiva del Grupo de Geografía
Urbana (GGU), realizada en Sevilla el 1 de octubre de 1993, al elegir una Junta
Directiva conformada por tres miembros: Antonio Campesino (Presidente), Miguel
Ángel Troitiño (Vicepresidente-Tesorero) y Lourdes Campos (Secretaria), nos permitió
unir destinos de nuevo. Consolidamos la puesta en marcha del GGU, mediante la
organización del I Coloquio de Geografía Urbana, realizado en la sede de la
UIMP en Cuenca (1994), bajo el patrocinio de la Universidad de Castilla-La
Mancha, cuyas ponencias, comunicaciones y debates recogimos en el libro
fundacional (1995): Las ciudades
españolas a finales del siglo XX (1995). Miguel Ángel trabajó intensamente
en la Junta Directiva hasta 1996, cuando la vicepresidencia fue ocupada por
Rafael Mas Hernández, profesor Titular de la Universidad Autónoma de Madrid, otro
grande de la geografía urbana española, prematuramente desaparecido.
Pertenecimos todos a la Asociación Española de Expertos Científicos en Turismo (AECIT), para la que emitimos informes anuales, de 1994 a 2014, sobre Coyuntura Turística Regional de Madrid, Castilla La Mancha y Extremadura, y Turismo Urbano y Cultural.
A mediados de los años ochenta, la crisis urbana precipitó
el debate sobre la geografía aplicada y la práctica profesional del geógrafo,
que Miguel Ángel lideró junto a las reivindicaciones de participación de los
geógrafos en el planeamiento, general y especial, y en la planificación
territorial. No concebía docencia e investigación sin práctica profesional,
pero para llegar a competir en el mercado clasista y privatizado de arquitectos
e ingenieros, debíamos superar nuestras deficiencias formativas, especializar
nuestros planes de estudio, producir investigación de calidad y contar con el
respaldo del Colegio Profesional de Geógrafos. Previamente, teníamos que
reconocer con ironía socrática nuestras limitaciones formativas, atrevernos a
enfrentar la resistencia académica de nuestros mayores y superar nuestra
incapacidad para demostrar a las otras comunidades científicas y técnicas,
comprometidas profesionalmente con la transformación del territorio, la
imperiosa necesidad de contar con los resultados teóricos y las aplicaciones prácticas
de la investigación geográfica.
Miguel Ángel fue materializando aquellas utopías y
nosotros seguimos sus pasos pioneros en cuatro líneas de investigación: urbanismo
de centros históricos; patrimonio cultural; planeamiento especial de protección,
y turismo cultural en ciudades del Patrimonio Mundial.
La autoridad investigadora de Miguel Ángel quedó
plasmada en su obra Cascos antiguos y centros
históricos: problemas, políticas y dinámicas urbanas (1992), de lectura
obligada en una coyuntura de boom urbanístico especulativo y desarme
morfológico y funcional de las ciudades históricas. Su compromiso crítico se
plasmó en las preocupaciones por las dinámicas sociales urbanas, la devolución
de la multifuncionalidad a los centros históricos, y el urbanismo cultural, para
que pudieran asumir los retos de futuro como destinos turísticos, aunque, por
experiencia propia, conocía perfectamente las dificultades existentes para
arbitrar políticas urbanas de rehabilitación integrada desde 1982.
Entendió el patrimonio como recurso estratégico y
producto turístico. Miguel Ángel formó parte, junto con Antonio, de la Junta
Directiva del Comité Nacional Español de ICOMOS, entre 2004 y 2010, donde
tuvieron que enfrentar intervenciones arquitectónicas muy problemáticas en
Toledo, Cuenca, Ávila, La Laguna, Cáceres…, como atestiguan sus informes
emitidos, no exentos de tensiones con las corporaciones municipales y con el
propio ICOMOS. Y asesoró al Instituto del Patrimonio Cultural de España, y al Andaluz
del Patrimonio Histórico, entre otros.
El reconocimiento por los arquitectos de sus capacidades
profesionales, como corredactor de planeamiento, y su relevancia como profesor
de la UCM, le permitieron intervenir de pleno derecho en el Plan Especial de
Protección y Regulación de Recursos del Medio Físico del Área de Gredos (1986),
y en los P. E. de Protección del Patrimonio de Cuenca, con la redacción de su decisivo
expediente para la declaración de P.M. (1996), del conjunto monumental Alhambra-Alijares
(1999), de León, y de Zamora (2000), donde Antonio le proporcionó la información
disponible sobre su ciudad natal…, como dejó acreditado en sus publicaciones.
Su inteligencia natural serrana y su capacidad de
reciclaje permitieron al Miguel Ángel maduro y curtido transitar hasta el
turismo cultural en Ciudades del P. M. Le
preocupaban especialmente los impactos socioculturales y funcionales del turismo,
movilidad, masificación superación del umbral de carga, gestión de flujos,
innovación, interpretación, planificación, gestión y desarrollo turístico
sostenible. El Estudio sobre turismo y
desarrollo sostenible en las ciudades históricas con patrimonio arquitectónico
y monumental para TURESPAÑA (1996) anticipó la creación del Grupo de
Investigación de “Turismo, Patrimonio y Desarrollo” (1999) con brillantes
resultados hasta el presente, por su destacada proyección peninsular e
iberoamericana. Sus integrantes acaban de dejar por escrito su orfandad y su
empeño por mantener, sin el maestro, idénticas cotas de calidad y compromiso
investigador.
Miguel Ángel siempre respondió de forma entusiasta a
las múltiples demandas que le hicimos para presidir tribunales de tesis
doctorales de geógrafos y arquitectos en Cáceres y en Toledo (tribunales de DEA),
y dictar ponencias en congresos, jornadas técnicas y debates, donde su dilatada
experiencia aplicada, su mundo viajero y sus continuas notas tomadas en sus
cuadernos de trabajo, mostraban con brillantez su razonamiento argumental y
discursivo, tan sereno como crítico y reivindicador.
Por encima de todo, como valor sin precio, queremos destacar su calidad humana, disponibilidad, proximidad, bonhomía, grandeza y sencillez de excelente compañero y mejor amigo. Así le queríamos y así queremos seguir teniéndote presente con vosotras: Maribel, Isa y Libertad.
Antonio-José Campesino y Lourdes Campos
12 de mayo de 2020
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