viernes, 22 de diciembre de 2023

LA “REVOLUCIÓN INDUSTRIAL” DE CÁCERES, A PARTIR DE LA MINERÍA EXTRACTIVA.

(y 3) 

(Continuación)

El movimiento de trenes fue prácticamente nulo entre 1881 y 1885. Por lo que respecta al tráfico de viajeros, a Cáceres llegaban y salían a diario 3 trenes de viajeros: el de Madrid, a las 07:40; el de Mérida, a las 08:00 y el de Portugal a las 17:00[15]. Si bien el ferrocarril no consiguió sacar a la población cacereña de su aislamiento secular, al menos contribuyó a intentarlo.

Sin duda, la mayor aportación de la minería de fosfatos fue la creación del Poblado Minero de Aldea Moret, modelo planeado de ciudad-jardín para obreros[16] (anterior a la formulación del Ensanche de Cánovas, que se proyectará en dirección SSO, atraído por la estación del ferrocarril y por la industria minera), que nació con carácter oficial, como Extrarradio de Aldea Moret, en el censo de 1887, tomando el nombre de su patrono protector. En dicha fecha se censaban en el barrio 304 personas y en 1897 sólo 177 por efecto de la crisis.

Vaivenes productivos: cierres y aperturas

El proceso productivo entró en crisis por contagio con la situación de la economía española finisecular y, ya en 1892, se hablaba de la demolición de algunos edificios, incluso del rumor de posible desaparición del Barrio Minero[17], noticias que se aprestó a desmentir la Sociedad, alegando que sólo se están derribando los edificios que amenazan ruina y que se reducía la plantilla de operarios a los mínimos para garantizas el mantenimiento.

Entre 1893 y 1899 la explotación debió estar parada varios años, como demuestran los proyectos para abastecimiento de agua a la ciudad desde los pozos del Calerizo. Sabemos que la Sociedad de Agua de las Minas dejó de suministrar agua en 1902, seguramente por reanudarse la extracción de fosfatos. La razón de la clausura fue motivada por el bajo precio del mineral y por el proceso anticuado de explotación, cuyo coste resultaba antieconómico.

En la primera década del XX, la Sociedad General de Industria y Comercio explotaba la mina Abundancia, la única abierta por ser la más importante del Calerizo, existiendo ya instalaciones dedicadas al enriquecimiento del fosfato y a su conversión en superfosfato.

La explotación no despegará hasta 1913, un año antes del inicio de la contienda bélica mundial (1914-1918), que disparó la demanda internacional de fertilizantes, lo que demostró que la economía disponía de información privilegiada sobre la guerra y se anticipó en un año al fuego de las armas. Ello permitió la modernización de los sistemas de explotación con nuevos medios técnicos: dos centrales eléctricas; fábrica de superfosfatos; preparación automatizada de las menas; trituradora mecánica de piritas para la preparación rápida de ácido sulfúrico; hornos de tostado y medidas de seguridad. Ampliaciones que obligaron al sobredimensionamiento de los primitivos talleres y a la creación de modernos talleres auxiliares (calderería, fundición y carpintería), junto a las oficinas de servicios técnicos (laboratorio) y administrativos.

Tales actividades hicieron despertar al Poblado Minero de su letargo. La dinámica poblacional seguía los vaivenes de la productiva. Los 79 vecinos y 340 habitantes de 1887 se elevaron a 154 vecinos y 510 habitantes en 1910. En 1907 el Ayuntamiento había concedido suelo para una promoción de casas baratas.

En los años 1913 y 1914 se produjeron un total de 11.850 Tm de fosfatos y 6.000 Tm de superfosfatos[18], que significaron el 83% del fosfato producido en la provincia de Cáceres (Mina Constanaza de Logrosán).

Tras el espejismo de esta coyuntura alcista, la actividad repuntará durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1927), para caer en picado rm la crisis económica mundial de 1929, que forzó, de nuevo, el hundimiento y cierre de las explotaciones mineras. La unidad de barrio se rompió con la promoción por el Ayuntamiento del proyecto de autoconstrucción del Grupo de Viviendas de la Barriada Nueva (1930), al otro lado de la vía férrea-

En 1945, la Unión Española de Explosivos (UEE), nueva propietaria de la factoría, reanudó el proceso de explotación, al descubrir por azar un nuevo filón, obteniendo en el trienio de 1945 a 1947 una producción de 58.721 Tm de fosfatos y 59.762 Tm de superfosfatos., pero en condiciones muy precarias de rentabilidad.

En 1956, el Calerizo presentaba un paisaje marciano por la dispersión de pozos verticales de explotación y galerías horizontales de extracción del fosfato, que se transmitían al exterior mediante las torres y los castilletes de las concesiones: Abundancia (en explotación de 1865 a 1960); Aragonesa; Cacereña; Camelias; Carvajala; Casualidad; Comercio; Cuco; Demasía; Eloisa; Esmeralda; Esperanza; Estrella; Exploradora; Flor de Extremadura; Imposible; Industria; Labradora; Lucero; María; María Estuardo; Moctezuma; No la necesito; Perla; San Antonio; San Eugenio; San Salvador, Santa Teresa; Victoria y Yeineo. (En negrita, las de mayor relevancia económica).

En 1957 se realizaron obras de mantenimiento y de construcción del nuevo almacén de superfosfatos, pero la funcionalidad fue sucumbiendo, a medida que la producción de la fábrica de abonos decaía, hasta su agotamiento definitivo en 1959 y cierre definitivo de la mina Abundancia en 1960, una centuria después desde el inicio de su explotación. La competencia en el mercado de los fosfatos saharianos de Fos Bucraa, y del Nitrato de Chile fue la puntilla definitiva para el cierre total de las instalaciones.

En 1960, la explotación minera de fosfatos de Aldea Moret contaba con el siguiente tinglado industrial construido: dos instalaciones para la obtención de ácido sulfúrico con dos baterías de hornos-cuba (contando cada una con los correspondientes equipos auxiliares de preparación de ácido, obtención de ácido nítrico, arrime de pirita y extracción de cenizas); depósitos de agua; fábrica de superfosfatos; tanques de electrolisis; hornos automatizados para el tostado de piritas; dos cámaras de plomo; planta para la obtención de cobre con cáscara y electrolítico; almacén de fosfatos con cintas móviles de transporte, y el Poblado Minero con todas sus instalaciones y dotaciones.

Fig. 1. Edificios singulares del Complejo minero-industrial de Aldea Moret

El expediente de crisis se firmó en 1973 por la empresa propietaria Unión Explosivos Riotinto, (UERT) manteniéndose el poblado con un carácter suburbial (76 residentes en el censo de 1981). En los años 90 la empresa constructora PLACONSA adquirió Aldea Moret para proceder a la urbanización del suelo.

CONCLUSIONES


· El sueño decimonónico cacereño de la ‘revolución industrial’, a partir de la minería de fosfatos de Aldea Moret, fue tan sólo eso, puro sueño público y negocio especulativo privado, sin que pudiera redimir a la ciudad de su pasado feudal agroganadero y latifundista, que sería canjeado desde los años 60 del siglo XX por la terciarización administrativa improductiva.

 

· No generó el empleo industrial endógeno prometido, al carecer Cáceres de operarios cualificados y tener que recurrir las diversas empresas a la importación de mano de obra exógena especializada, imposible de ser reclutada entre el jornalerismo municipal. De hecho, la máxima ocupación del poblado minero alcanzó los 517 habitantes en 1910.


· Tras una centuria larga de explotación minera y transformación industrial de fosfatos en superfosfatos, el complejo minero industrial de Aldea Moret (1860-1973), aportó beneficios económicos irregulares a las sucesivas empresas privadas, pero no catapultó a Cáceres como ciudad industrial.

 

·  El paisaje integrado de Aldea Moret[19], a poco más de 3 km al SO de la capital, fue la síntesis de las estrechas relaciones causales entre: explotación minera, transporte ferroviario (conexión de Cáceres con Madrid y Lisboa)[20], desarrollo industrial, y uso habitacional, que conformaron el complejo minero industrial centenario de Aldea Moret (1860-1960).


·   Al desguace de la instalación de ácido sulfúrico (1971), sucedería el de la nave de fosfatos (construida por entero con forjado de madera de pino Flandes de origen sueco, por técnicos belgas, franceses e ingleses, única en su género en España), junto a otras cuatro naves de madera (entre la que destacaba por su altura la fábrica de ácidos); la demolición de las centrales eléctricas (2000), la torre de refrigeración… Se mantendrían en pie los almacenes de superfosfatos (1957), de menor valor y más costosos de derruir, dentro de una flagrante incomprensión, privada y pública, por el patrimonio arqueológico industrial.


· Nuestras reivindicaciones ciudadanas salvaron al Poblado Minero de su aniquilación, y propiciaron la declaración en 2011 como Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Lugar de Interés Etnológico[21].


·  Para los cacereños ilustres, Aldea Moret siempre fue un barrio de extrarradio en la periferia suroccidental de Cáceres[22], espacio de actividades marginales y de ciudadanos marginados, ajenos a la memoria patrimonial colectiva, a la planificación y a la gestión. Las imágenes actuales de abandono, deterioro, destrucción y aniquilación premeditada de Aldea Moret por la ola urbanizadora constituyen una afrenta histórica al patrimonio cultural: minero, industrial, ferroviario, urbanístico, arquitectónico y ambiental.



[15] Leal, L. (1960. Ráfagas. Salamanca.

[16] El poblado siguió un modelo de urbanismo utópico de las colonias industriales británicas del siglo XIX, importado por Segismundo Moret, funcionando de manera autónoma desde su construcción, por lo que tenía su propio comedor, cantina, escuelas laicas, jardín botánico, piscina…”.

[17] Archivo Municipal de Cáceres (A.M.C.). (1892). Libros de Acuerdos Municipales. Sesión de 18 de noviembre. Ref. 202-274.

[18] Gómez, D. (1978): Aldea Moret… Opus cit., p. 32.

[19] Campesino, A.-J. (2006): Poblado y complejo minero-industrial de Aldea Moret: de paisaje integrado a patrimonio dilapidado”. Piedras con Raíces. La revista de nuestra arquitectura vernácula, nº 15, otoño. Asociación por la Arquitectura Rural Tradicional de Extremadura (ARTE), Cáceres, pp. 4-12.

[20] La llegada del ferrocarril en 1881 sacó a Cáceres de su aislamiento histórico, al dotar a la ciudad y a su producción agroganadera de un modo revolucionario de transporte, que permitió los flujos de mercancías y personas con el área de consumo de Madrid y dinamizó su precaria economía comercial.

[21] Decreto 92/2011, de 20 de mayo, por el que se declara bien de interés cultural con la categoría de lugar de interés etnológico, el poblado minero de “Aldea Moret” en el término municipal de Cáceres. Comunidad Autónoma de Extremadura (BOE, 143, de 16/06/2011).

[22] Gurría, J. L. (1977): La ciudad de Cáceres y su entorno geomorfológico. Memoria de Licenciatura. Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio, Cáceres. (Inédita).

 

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