martes, 5 de diciembre de 2023

LAS MURALLAS DE CÁCERES (1842-1930): PATRIMONIO INCOMPRENDIDO Y MALTRATADO

(y 2)


La muralla en las Ordenanzas de 1912[8]

La enfrentada relación entre Ayuntamiento de Cáceres y Patrimonio se mantuvo en estas nuevas Ordenanzas de 1913[9], que actualizaron las anteriores de 1891, y que contenían 477 artículos. 

La ruina de la muralla se encontraba regulada en los artículos:

Art. 392 (reproduciendo el Art. 445) “Que las murallas antiguas de la población serán derruidas y sus terrenos se irán agregando a solares y casas colindantes…”.

Art. 394. (reproduciendo el Art. 447): “Que no podrá ejecutarse obra alguna en la muralla que tienda a su consolidación, siquiera será de una pequeña parte de ella, con el fin de no retrasar la reforma interior de la población…”.

En 1914 se produjo al derribo de un trozo del lienzo del Adarve de Santa Ana[10], con el beneplácito del Ayuntamiento. Pese a ser estudiada y presupuestada su reparación, el Ayuntamiento optó por la solución constructiva de una nueva pared, sin que la Comisión de Monumentos pudiera impedirlo. Pese a ello, el hecho tuvo una gran repercusión ciudadana, gracias al compromiso patrimonial de Juan Sanguino Michel, que logró la incoación de la muralla como bien patrimonial.

Para que no quedara duda alguna sobre el desinterés de su protección, incluso por los responsables patrimoniales de hacerlo, el Vicepresidente de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia de Cáceres, en oficio de 16 de agosto de 1914, afirmó “que el muro en cuestión no es sitio histórico ni joya de arte” ¡Y seguiría cobrando su sueldo el bandido…!

Fig. 3. Fachada de la muralla de mediodía

En 1915 se promulgó la Ley de 4 de marzo, sobre Protección de Monumentos Arquitectónicos-Artísticos, que contribuyó a la génesis de la conciencia patrimonial. En 1916, la Comisión propuso la recuperación de la Torre de Bujaco, quitando la estatua de Ceres, erradicando el templete que la cobijaba y reconstruyendo las almenas[11]. El Ayuntamiento aceptó la pionera propuesta de restauración monumental que, por carencia de presupuesto, no se materializaría hasta 1921, cuando el arquitecto municipal Francisco Espinosa desempolvó el tema, sin éxito, volviendo a demorarse la intervención hasta 1963.

Sin embargo, la presunta preservación de la muralla iba a ser bloqueada por la agresiva implantación a calzador del Mercado de Abastos en el Foro de los Balbos, sobre el solar de las antiguas Casas Consistoriales, según proyecto del arquitecto municipal Ángel Pérez (1927). Supuso el derribo de todo el lienzo de la fachada oeste de la muralla que discurría paralela, pese a encontrarse incoado el expediente de su proceso de declaración. Las disensiones internas de la Comisión de Monumentos las resolvió el Ayuntamiento a las bravas, mediante la aprobación del proyecto en Sesión de 20 de noviembre de 1929, sin contar con la mayoría favorable de sus miembros.

El profesor Enrique Cerrillo constató la intervención de la Real Academia de la Historia en el conflicto, pero a la postre la torre y la muralla fueron derribadas.Y lo más contradictorio del cuento es que el proceso de declaración se estaba desarrollando en paralelo a la emisión de informes del arquitecto municipal Ángel Pérez y del funcionario Antonio Floriano que aportaron al expediente planos con “trozos aislados de murallas afectadas por el mercado”, en los que ‘demostraban’ la “inexistencia de vestigios de importancia en la zona, ni considerar siquiera la apertura de un acceso habilitado años atrás”.

De no haber sido declaradas las murallas de Cáceres Monumento Histórico-Artístico por Decreto de 25 de agosto de 1930, los irresponsables municipales hubieran arrasado la cerca romano-almohace como pretendían. 

Medio siglo después, la maltratada muralla almohade fundamentaría el Criterio (iii)[12] de su inclusión en el Patrimonio Mundial de la UNESCO (25 de noviembre de 1986).



[8] Archivo Municipal de Cáceres. (1913): Extracto de las Ordenanzas Municipales de la ciudad de Cáceres, aprobadas por el Excmo. Ayuntamiento en Sesión de 20 de julio de 1912 y por el Sr. Gobernador Civil rn 27 de mayo de 1913. Cáceres, 25 de agosto de 1913.

[9] Estarían vigentes medio siglo, desde el 25 de agosto de 1913 hasta su actualización por la normativa del primer Plan General de Ordenación Urbana de 1961, nada menos que 48 años.

[10] Pulido, M y Cerrillo, E. (2005): “Sobre una desaparecida torre de la muralla de Cáceres”. Norba, Revista de Historia, nº 18. Facultad de Filosofía y Letras, Cáceres, pp. 147-161,

[11] Museo de Cáceres. Actas. Sesión de 4 de noviembre de 1916.

[12] Criterio (iii): Las murallas de Cáceres aportan un testimonio excepcional de las fortificaciones realizadas por los Almohades en España. Comparada con la Torre de Espantaperros de Badajoz o la Torre del Oro de Sevilla, la Torre Mochada de Cáceres se integra en un conjunto de muros y torres representativo y largo tiempo conservado”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario